Rozo tu corazón
con una sonrisa
embadurnada en carmín vivo,
que despierte tu letargo
y avive sentires dormidos
en viejas luces de neón
de cualquier ciudad imaginaria.
Te quiero aquí
en esta noche confusa,
besando todo tu cuerpo
lentamente, muy lentamente
para saciarme de este
tiempo pasajero
que se come la vida.
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