domingo, abril 10, 2011
UNA COINCIDENCIA
(*) ANA PAULA GONZALEZ SUAREZ
El día que partí para volver al lugar que
nunca llegué, decidí
despedirme de quienes no me
esperaban.
Vuelta a la esquina esperaba sigiloso
aquel recuerdo de una violenta
discusión sobre la paz, había bebido un
poco, y eso me dió coraje
para marchar.
Antes de volver, me dije, revisaré la
correspondencia, aseguraré las
puertas y abrí todas mis ventanas. Curioso fué la falta de espacio, la
ausencia de presencia y el esquiva briza del otoño pasado. Para
variar, no me preocupé demasiado, después de todo las flores de
plástico son casi eternas, y para cuando llegara sería tarde.
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