Por ERNESTO LASERNA
Flotaba en la densa niebla como
una hoja entregada al viento, su túnica blanca se mezclaba caprichosamente con
la brisa, esa mujer se perdía entre los recuerdos de una vida árida y de lucha.
Flotaba entre sus penas, con una
sonrisa que nadie había podido apropiarse, y con un cuerpo que nunca había
abandonado su túnica….¿ quien la vio desnuda?....perderse entre las mareas de sabanas
de alguna pasión, vaya uno a saber, si alguna
vez existió tal ardor.
Flotaba ya no había hombres para
ella en su mágica intimidad….quedaba una foto de su espalda desnuda con su
cabello tocando la cintura y mirando la ventana de tanta soledad, las manos
masculinas de la intimidad se habían perdido en el tiempo.
Flotaba envuelta en su túnica
blanca, cubriendo el TEMPLO de su cuerpo que sin ella saberlo buscaba las manos
que lo acariciaran y le dieran la ternura que espera desde que se dio cuenta,
que él aún no llego.
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