Por Lydia Raquel Pistagnesi
Anochece:
y las sombras se agigantan.
Desde los pliegues del alma
las palabras van brotando lentamente,.
acarician los recuerdos,
se aproximan,
se convierten en misterio
Y los ecos de esa voz
cual nidal de desnudas sensaciones,
van girando, transformadas en caricias
Anochece:
“ y sonríen las estrellas ante el canto del poeta”.
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