Por JOSE LUCAS NUÑO
Acaríciame...
con la luz de tu mirada.
Y llena mis oídos,
con la suavidad de tu voz,
y con la alegría...
y la dulzura de tu risa.
Déjame sentir....
la caricia de tus manos
y la dulzura de tu piel.
Y perderme en tus ojos,
del color de la noche,
y profundos como el mar.
Déjame acariciar....
la catarata de tus cabellos,
que bañan tus cálidos hombros,
para perderse...
por tu esplendida espalda,
y alcanzar tus caderas.
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