sábado, marzo 10, 2012

LAS LETRAS DE EDUARDO


DE MARINA COLASANTI

La sangre masculina
 tiñe las armas y el mar,
 empapa la tierra de los campos de guerra,
 salpica las banderas,
 mancha la historia.
La nuestra, contenida
en blancos paños,
 resbala sobre el coxis,
persigna el lecho, 
manso sangrar sin grito
 que anuncia
 las redes de la hembra.
Yo soy una mujer
a la que siempre le gustó
 menstruar.
Pues hay una sangre
 que corre hacia la muerte.
Y la nuestra
 que se entrega a la Luna. 


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