Tengo todo y no tengo nada de nada,
tanto mirar a casi nada
que no hallo una simpleza.
Dos razones para decir todo
qué sin embargo
cansados nos movemos más despacio,
sientes cansancio en el paladar del intelecto
y por eso la salud se rompe más qué
se llena de un vacío aprisionado-
Nadamos en círculos
cuando queremos mover esa ficha,
tenemos miedo sin mirar alrededor
qué están llenos de espejos rotos
por las penas incautas de los demás.
No tenemos prisa de levantarnos
ni tan siquiera
por ver aquella realidad escondida
tras la puerta del entendimiento adormecido.
Tarragona, domingo 11 de marzo de 2012.
Poema nº. 09/2012
©Mía Pemán
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