jueves, abril 19, 2012
EN VALPARAISO
Por Marianela Puebla
En Valparaíso el viento barre las calles
y la depresión.
El mar de vez en cuando enferma de gripe
y estornuda barcos sobre la costanera.
En Valparaíso los cerros saludan la mañana
con su bostezo matinal, abren sus alas
y enfilan al día.
Las casas lucen su mejor postura
para la ceremonia marítima,
los colores se elevan,
y un enjambre de volantines revolotea
el cielo en busca de una nube pasajera.
Los ascensores rechinan subiendo y bajando
una ancestral rutina.
En Valparaíso las gaviotas visten su mejor frac,
hay un velorio oculto que las invita
a hundir sus cuerpos en el océano,
es una comunicación secreta entre ellas
y las mareas.
En Valparaíso los temblores continuamente
florecen y estallan en una carcajada peligrosa
que estremece a los porteños,
cambian la geografía de viejos edificios
y en los cerros las casas se desmoronan,
como cartas de un naipe,
mientras la gente se margina en los límites
de la desolación.
Valparaíso, ciudad puerto, se queda apacible
a lo que pueda suceder:
lo bueno, lo malo,
lo triste, lo alegre,
solidaridad, aventura,
engaño.
En Valparaíso el día comienza
y termina con un soplo de cierzo
que barre los dolores del puerto.
Un puerto viejo
que se niega a zarpar.
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Bello Valparaio,con su puerto, sus calles angostas que suben y bajan continuamente, dando al paisaje ese raro misterio que nos invita a regresar pata recorrerlo nuevamente.
ResponderEliminarAllí conocí a grades poetas, Larrahona María Rosa Tello, Calderón Ruiz de Gamboa y hoy te encuetro poeta a ti en Letras Macondo, considerando que eres otra amiga que habita ese bello país
Con todo cariño
Lydia Raquel Pistagnesi