martes, abril 10, 2012

MONICA










@ Juan E. González, de su libro De ella se decía.

Estuvo también en el infierno
de ahí le quedaron
algunas lenguas que todavía
iluminan su cerebro
y hacen crac
cuando mueve los brazos
de su cintura sale un calor
que ni las llamas
¿qué será ese calor
con olor a melaza?
arre arre dice y tira de la
soga de su cuero
ella sabe que la soga es
su piel tan sonido
de campana que sale de sus
orejas cuando tenía siete años
¿eran siete los años de su campa?
ahí está la rueda que
chirriaba por la presión del
alambre sobre la rueda
que la lleva despacio o
a gran velocidad por la campa
ella no puede dejar de crecer
ni de mirar su cuerpo
que era una vara de mimbre
agitada por el viento o por los
adolescentes que la devoraban
como una fresa
el hambre de los otros la asediaba
y quedó fascinada
cuando vio por primera vez
una palabra escrita por su dedo
y no dejó de crecer
tampoco su dedo
aunque a veces tropezaba
con la escritura de las piedras
o con las cuernas del país
sumergido en el Atlántico
ella fue mediterránea
costera en el centro
con peces en la boca o
relámpagos que iluminaban su casa
de madera o
la mesa donde escribía sus sueños.

* Juan E. González, de su libro De ella se decía.

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