Hoy sentí que el viento me había atravesado el rostro. Fui hacia al espejo y no vi nada. Pero no vi nada. Ni rostro, ni viento, ni rasgos de sorpresa. Me tuve que asustar por dentro, muy debajo de la piel y atrapar con la mano los sentimientos.
FUENTE :http://casajena.blogspot.com.ar
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