PADRE LATINOAMERICANO

Por Marianela Puebla

Si hay un nombre que con respeto

mis labios pronuncien, es padre,

padre latinoamericano.

Hombre olvidado en los pasos de la historia,

aquel que labró la América

con sus manos morenas.

Padre de las selvas, arrinconado

por el avance de la industria.

Padre de las montañas, del altiplano,

de los desiertos, salares y los valles,

padre indígena,

luchando por el pan de cada día

en un ambiente egoísta y de menosprecio.



Padre latinoamericano, para ti no hay descanso,

no vales nada en la escala social, sólo un número

después del despojo de tu estirpe.

Hombre sin futuro, explotado sin contemplación,

envejecido prematuramente por la máquina

voraz del capital.

Padre de manos callosas, trabajadas de sol a sol,

traes en tus ojos la mirada triste de tus antepasados

dejada en los surcos por el invasor

que por siglos ha saqueado las venas de tus ríos,

tus tierras y sus riquezas.



Padre que mueres joven cargando la codicia

del extranjero.

Padre latinoamericano que falleces

torturado en cárceles clandestinas.

Hombre rudo, luchador de tus derechos,

caes masacrado por la injusticia,

la indiferencia de la sociedad.



Padre del silencio, de hijos morenos,

tú mereces que este sea tu día,

el día del reconocimiento

de tu raza latinoamericana.

Porque tú, hombre sencillo,

has luchado por la igualdad de los tuyos

y eres orgullosamente padre,

de todo el continente americano.