domingo, julio 29, 2012

SANTA MARTA

MARTA  TESTA  UNA INCANSABLE LUCHADORA DE LA JUSTICIA SOCIAL 


@ AUGUSTO MÁRQUEZ 

Vibra tu mujer, tu chica... Almodóvar,
por más que te dejen algún sueño mocho.
Petisa gigante, ovarios con bolas.
No hay vuelos de regreso del ’68.

Bella inconsciencia cabeza dura,
un día escapaste de la que dijeron que eras
con el cura más rebelde, que hasta hoy te cura,
a brazo partido (codo a codo) sosteniendo banderas.

Capeaste odio, brutalidad e hipocresía,
viento, marea, brujas, dioses y usías.
Los que mandaron clavar a Cristo,
conjuraban (aún más) castigos, por el espanto, unidos.

¿Qué carajo importaba que carajo diría
el Santo Padre que en Roma una pieza le alquilan?
Si a ese, a la vida, entre pajas de oro,
la muere y se la cuentan abusadores y chorros.

Al exilio intestino de los que se quedaron,
los milicos arriaron. Con derroche de muerte,
rápidos conversos y buchones fieles,
a la juventud, el hombre nuevo le jubilaron.

Yacías como el Rodrigo de Berazategui.
Maldita siesta mundial. Ay, cuánto la sufriste.
Infinitamente más fuerte es el sexo débil.
Algunas razones supremas tuviste.

La negra torta frita que brillaba en tu panza
y las manos nerviosas del compañero eterno
esa columna herida ataron. Amores en tanza.
Cauterizó, mi mirada, el delgado veneno.

Tardes de sábado para disfrutarte cerca.
No teníamos qué comprar, con jugar alcanzaba.
Memoria del vacío desamparado, tristeza
del lunes siguiente, tu última hora en casa.
Receta casera. Había que estar en tus medias
contra intelectuales de tanta tragedia,
terror tapado, teléfonos pinchados. Batallar.
Maquillándote actriz, morir en la escena final.

La nobleza, la luna; discos, libros y rieles.
Fantasías mata fantasmas me alimentaste.
Músicas que logran, sin daño, lastimarte.
Los Papás Noel eran gordos burgueses.

Sonrisa divina, canciones de no ir a dormir.
Sucumbe el traidor al verte llegar.
Se arreglan los soles cuando estás por salir,
hace silencio el silencio para escucharte pensar.

Fuiste más lejos que la Magdalena,
tu Pinto pintó la Corrientes de Tita,
cuidás con el alma la dignidad de los treinta
y tres y millones de tu Santa Evita.

(A la Vieja. Augusto Márquez)
Regalo muy preciado para mí de mi Hijo Augusto. Muchas gracias.

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