sábado, agosto 25, 2012

ODA a AMÉRICA


América

América, milagrosa y agreste,

con tus claros oscuros, tus praderas,

tus valles y tus cumbres, donde anidan

las elípticas alas de nuestra historia.

Allí habitaban, seres de piel cobriza,

Tribus pacíficas o guerreras.

Nómades, arraigadas a costumbres sagradas.


Año 1492


Era la hora de los mortales.

El azar abrió las puertas de las aguas

y enormes canoas detuvieron su marcha.

de ellas bajaron seres de clara la piel,

barbados con penachos plateados

cubriendo sus cabezas,

absortos ante el trémulo paisaje descubierto.

Los aborígenes se acercaron fascinados

por el esplendor de cuentas coloridas

y mágicos espejos, ingenua curiosidad,

pureza de alma.


¡Eran amigos!


Cuando los visitantes se marcharon

seguidos por el eco de quiméricas palabras

y senderos de fabulas,

ellos levantaron sus manos en un sincero adiós.



Tiempo después:



El mismo mar, trajo a otros seres

Pero estos derramaban fuego y muerte

por sus manos de acero. .

El Dios Inti escuchó desde lo alto

el terrible alarido de sus hijos

y un extraño silencio inundó el firmamento.

La Sabia Pachamama quiso gritar, no pudo,

aquellos visitantes no eran Dioses,

los Dioses no castigan, ni derraman la sangre

de aquellos que veneran su existencia.





América:



invadida, herida, desbastada,

por un inventado destino

de irrelevante conquista.

En el lento atardecer, los falsos dioses

violaron mujeres ávidos de placer.

Robaron riquezas y sembraron la muerte,

cabalgando corceles,

monstruos desconocidos en esa tierra,

..

La historia continuó:



Ya no hubo tregua para aplacar

esa insaciable sed de la avaricia.

La pólvora triunfó sobre lanzas y flechas,

convirtiendo a sus reales dueños

en esclavos.

Las verdes hojas, presagiaron primaveras,

cuando en los azarosos campos de batalla,

los hombres de cobriza piel

sufrieron la más cruel de las derrotas.

La presencia del alba desdibujó mareas de cenizas,

y vísceras sangrientas sobre soles sin murallas.





Al llegar la noche,:



el templo sagrado de las estrellas

descorrió el velo de una vida distinta,

incierta, sin futuro.

Quebradas lágrimas en parpados cansados.

Danzas proféticas cambiando la historia

sobre oxidados horizontes donde anidó el terror.

El hombre blanco se apoderó de la nueva tierra.



América:

Fue edificada por seres foráneos.

El aborigen quedó

en la marginalidad de la memoria

con leyendas escritas en cuadrantes de sombras,

En la montaña, el cóndor lloró por primera vez

América, espera aun la resurrección de su pasado,

justicia para sus tribus, dueños hoy de la nada.



Pero un día:

Cuando la luz encienda firmamentos memoriosos,

se elevara la voz del pueblo, cansado de injusticias,

y abrasados todos, marcharan por la igualdad ………….


Enarbolando la bandera de la paz



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