Anda,
poema, y diles que muero.
F.V
Después de
un proceso inexplicable en el cual mudaron los sentidos y la sensibilidad
escritural, aunque sintiendo una necesidad enorme u hondo remordimiento por
ello, un domingo por la tarde me dirigí con paso presurolento hasta la sala de
la casa. Sentía como algo me arañaba el vientre, un raro vapor subiendo desde
adentro que provocaba en mí un sofoque o miedo. Pero, ¿miedo a qué? ¿a
enfrentarme de nuevo a ese blanco océano, a la angustia de no hallar qué
escribir? Me senté en el piso buscando un mejor fluir de ideas con la desidia de
que muchas veces somos objetos. Lo cierto es, que tomé un libro en busca de
“algo” interesante que me devolviese lo posiblemente había perdido… La
motivación.
Fue
entonces cuando me topé con un ensayo de Lupo Hernández Rueda publicado en la
revista País Cultural que publica el Ministerio de Cultura titulado
“Sufrimiento, enfermedad y creación”. El poeta hace mención de las vicisitudes
y males padecidos por poetas y escritores. Rueda menciona a Milton, y a Borges,
quienes padecieron de ceguera, así como a Byron, Flaubert, Dostoyeski, presos
de la epilepsia, mientras que Virgilio, Novalis, Keats y Kafka fueron víctimas
de la tuberculosis (Pag. 49).
Si bien es
cierto, muchos poetas han sufrido vejaciones llegando a morir en la más mísera
pobreza, pero en su catarsis experimentan situaciones maravillosas en cuanto al
arte se refiere. Expresan a través de la poesía sus frustraciones, emociones,
alegrías, contradicciones, pero también su deseo de muerte.
“Cuando el poeta sufre intensamente, surge de
su numen el más sentido poema”.
Nos
expresa Carlos L. Saviñón. Baudelaire decía que la hora del artista va delante
de la hora del resto de los mortales, haciendo referencia al genio creativo que
siempre se adelanta a su época. Parecido a esto, otro poeta francés dijo que el
poeta debía de hacerse “vidente” por medio de un largo desarreglo de los
sentidos, de todos los sentidos. Creo que cuando se logra eso el artista logra
“adelantarse” a su época. Pero, ¿cómo lograr que ese genio dormido logre su objetivo?
Teniendo en cuenta que la poesía como dijo Huidobro, siente más que nada el
destino del hombre. Lograr que el verso
sea como una llave, que abra mil puertas y el alma del oyente
quede temblando. El poeta ha de saber usar las palabras ya que ellas
ayudan u obstaculizan. Ahora bien, la imaginación del poeta debe ser vasta en
cuanto a creación se refiere aun en medio de la adversidad que le rodea, se
apoyaría en algo que no es muy necesario como la melancolía y un autoencierro en
donde los demonios comienzan el zarandeo. Los poetas románticos recurrían a
esto como una técnica, utilizaban el dolor para escribir.
¿Quién
soy? ¿un rencor vivo? Un cadáver que yace en la nebladura!!
Mucho se
ha hablado de la poesía y sus mundos misteriosos que engloban varios tópicos.
Por ejemplo, Helena P. Blavatsky en un ensayo titulado Cuestiones Teosóficas
(oct. 1879), habla de esta ciencia y sus precursores. Su definición viene del
término theosophía, la cual componen dos palabras griegas: theos (dios) y sophos (sabio). La
misma conlleva a una presunta relacionada con “Dios” y los espíritus
superiores, permitiendo el alcance de un conocimiento superhumano (se dice que
el poeta es un pequeño dios). Si resumimos, la poesía viene canalizando de
manera informal esta ciencia, aplicada por conocidos filósofos.
Para poder
alcanzar el genio creativo, hay que someterse a una kénosis a la hora de escribir, un vaciado total de sí mismo para
que sea el otro quien hable, si no se
logra ese éxtasis, es difícil lograr un excelente poema.
Todas esas sombras soban la nada. La nada es
un por qué, de un soy que huye muy adentro de la nada y sus sombras. El método
paranoico es espontaneo, un conocimiento irracional basado en la objetivación
sistemática de asociaciones e interpretaciones delirantes (Salvador Dalí).
En el cerebro de Dalí
estaban los conceptos de filósofos, pintores y escritores reconocidos como
Freud, Nietzsche, Voltaire, Kant, Spinoza y Botticelli, así como Lorca, Bruñuel
y Eluard. Toda esa imaginación produjo ideas que el pintor relacionó con
objetos conocidos en un retorno rápido.
“La actividad paranoica-critica le permite al
mundo delirante pasar al plano de la realidad”. S. Dalí.
Esta tumba es una tenaza
Agudas notas al fondo
Estas mis manos sin uñas arañan
El rostro de un tuyo pulverulento y sin pasado.
(Por la Avenida Emil Zola, va un poeta).
¿Qué es lo que hoy enferma la poesía? Abramos un
paréntesis.
Dana Gioia en su poemario La Escala Ardiente incluye
un ensayo llamado ¿Importa la poesía? Lo primero que llamó mi atención en ese
ensayo, es que Gioia expresa lo que él cree son las razones por la cual la
poesía ha dejado de ocupar un lugar fundamental y es que según nos expresa, se
ha debido a la conversión en “secta académica” que han hecho de la poesía los
que él
llama “dioses” de la intelectualidad. Hoy vemos antologías repletas de textos
deprimentes y repetidos de poetas que murieron dejando un legado dentro de lo
que es la poesía dominicana, mientras que otros pasaron sin pena ni gloria.
“Soy un caso de
ignorancia iluminada” escribió Mieses Burgos refiriéndose a su escasa
intelectualidad, sin embargo, su genio poético sobrepasa la calidad de muchos
poetas dominicanos de alta alcurnia. Todos conocemos la trayectoria de Burgos y
la clarividencia de su palabra. Por otro lado, lo que es el “ego” de los poetas
ante la caída repentina de la poesía, al “favoritismo” que se percibe entre
ciertos poetas.
En lo que
concierne a la poesía, ese favoritismo siempre ha existido por las zancadillas
entre los mismos poetas, el “anillo” que se perfila como un muro para detener
el avance de la nueva generación de poetas de este tiempo o por la hiperfagia
en muchos poetas dominicanos.
“No se está
escribiendo nueva poesía importante” parece gritar Joseph Epstein en su
artículo ¿Quién mató la poesía? (1988). Hay tantos versos mediocres llenando
antologías y en otras publicaciones que da miedo. Horripila el hecho de
celebraciones durante puestas en circulación de libros de poesía cuya
asistencia son los mismos que celebran la mala poesía que se está escribiendo
ahora. Imagino a Keast morir de nuevo, a Novalis, Milton, ante tanta mala
práctica en cuanto a poesía se refiere. Poesemia, es el mal que ataca
actualmente a la poesía. Dentro del movimiento Beer, perdón, Beat, alguien
llamado Allen Ginsberg hizo popular una frase que lo ha inmortalizado “¿You
need Money?
Cerrando el
paréntesis, buscando culminar, debo decir que todo está en el “genio poético”.
El genio poético es aquello que Burgos menciona;
“Soy un caso de
ignorancia iluminada”. El poeta deberá sacarle provecho incluso, al mismo
dolor, a la enfermedad o la frustración que le adolece durante el proceso de la
creación. El poeta no actúa por sí sólo, sino que sus propios espectros son los
que conforman su mundo. Por ejemplo, Pedro Páramo según Juan Rulfo, nació de
una imagen y fue la búsqueda de un ideal que él llamó Susana San Juan, la que
no existió nunca.
En muchas
ocasiones sucede que los mejores trabajos parten del pasado, de un encuentro
consigo mismo. Un encuentro en donde pueden suceder cosas inexplicables para el
poeta. El sueño tronchado, la ceguera, las inercias, las imposiciones, el
hambre y la miseria de que son objetos los poetas, se convierten en armas sobre
cargadas y dispuestas a disparar. Hay quienes dicen que los mejores poemas
nacen mediante una situación dolorosa y llena de sufrimiento que evocan en el
poeta los más desesperados y angustiosos gritos. Cuando para el poeta no existe
algo más factible que la muerte, y la alucinación entra en juego como
herramienta eficaz, comienza el coqueteo con lo misterioso o místico en donde
predominan las emociones que a veces se les va la mano al poeta, algo que ha
acontecido con muchos reconocidos poetas de todo el mundo.
“Un poema si no es una pedrada –y en la
sien- es un fiambre de palabras muertas”
Ramón Irigoyen. Si
con el poema no se logra ese efecto, estamos escribiendo por escribir. Gerard
de Nerval es detenido mientras se le vio perseguir una estrella medio desnudo.
En 1855 un borracho descubre su cuerpo sin vida y cubierto de nieve en un
callejón. Alfonsina Storni (1892-1938). Al regreso de su segundo viaje a
Europa, los médicos le descubren un tumor cancerígeno, y una tarde deja su domicilio
para perderse en las aguas del Atlántico.
Paul Celan
(1920-1970), merecedor de máximas distinciones. Una noche sale a caminar por la
Avenida Emil Zola, y termina arrojándose al Sena.
“Vendrá la muerte
y tendrá tus ojos” escribió Cesar Pavese (1908-1950). A este poeta no le llegó
la muerte sino que él mismo la buscó al
ingerir 16 envases de somnífero. Lamentablemente estos grandes poetas que
hicieron historia dentro del ámbito poético, tuvieron una muerte violenta. Como
si una maldición les hubiera tocado, como si estos genios del poema entendieran
que el suicidio es la única forma de acabar con el dolor y el sufrimiento.
Soy porque vivo
Porque digo o
callo
Porque estando o
no, estoy
Oxigeno celeste
Endemoniado para
el mundo
Soy el que una bala le ha matado
(Tiempo Perforado,
F.V. 2011).
El mundo del poeta es el mundo angustiado
herido por el cielo. Un mundo entre “tantas verdades podridas como sombras” (Miguel
Ángel Fornerín, Ensayos sobre literatura puertorriqueña y dominicana). La
generación de poetas del presente siglo ha querido buscar una “nueva voz”,
romper o abolir las formas poéticas de la ya histórica Generación 80, sin
embargo el “rompimiento” que ellos buscan para destronar a la Generación 80 no
es el propio, ya que para lograr ser tomados en cuenta como una generación,
hay que fajarse a
escribir con sobriedad y seriedad.
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