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| @ SALMA HASSAN |
La nube de tu pecho
ha encontrado el camino hacia mi sol eterno.
Sin límites se enhebran mis rayos en tu frente,
tus ojos en mi vientre, mis manos en tu espalda.
Y en cada paso que damos se mezcla el alma.
Sin osadía y con ella
la enredadera crece y nos atrapa,
florece y nos perfuma,
anida los capullos de nuestros sueños
y nos protege de los vientos.
No hay muro que impida que este sol te bañe
ni lluvia que agote el caudal de tu nube.
Es el apogeo de la savia nueva
donde nacen cardos y se ven sublimes,
donde las espinas siempre serán rosas,
donde los capullos ya son mariposas…
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