lunes, abril 21, 2014
MAR BLANCO en MACONDO
El sabor amargo del cáliz
en mis labios,
como un presagio
de esa irresistible
inclinación
a fijar el rumbo
-irremediable-
A romper la distancia.
A posarme.
A probar
-una vez más-
lo que me mata.
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