Luego de despertar
pensé en Unamuno (por aquello de creerse Dios)
mientras alguien alza mi cabeza
Sonia veía llover afuera (lo recuerdo)
dejando caer con pérfido pesar la última carta
ante la fría mirada del cristal
pienso en Unamuno aunque mi decapitación
nada tenga que ver con él
Es sólo que ya no es el sueño
sino otro sueño buscando soñar el sueño
con la realidad inexplicable que muestra
que mi cuerpo es la pintura en la carta
y mi cabeza vínculo entre-tejido que Sonia
ahora convertida en árbol
intenta aplastar con sus ramas.
FUENTE LIBRO SONIA CABRILIS
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