Yo que no se escribir, la poesía me
regalo tu nombre, casi sin nada me diò tu rostro, como la hoja dònde a veces
dejo grabada mis horas en tus ojos.
Yo que no se escribir, me llene de la
humedad de tus labios, para apagar mi sed de soledades.
Yo que no se escribir, me hice de a poco
el poeta de tu almita rosa que brilla en mi oscura noche.
Y me pregunto cuando me vaya con quien
andarás, me consuela que te dejo mis letras para que te acaricien cuando me
vaya.
Yo que no se escribir, las letras de tu
nombre son mis letras que me llevan hacia las que te escribo para amarte en
hojas llenas de tinta.
Y….si algún dìa aprendo a escribir mi
primera palabra será Susana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario