Todas las tardes Roberto se sienta frente a la escuela de Jean Jaures al 800 con una caja llena de barquitos de papel para regalarle a los niños. Los jóvenes se abalanzan sobre el con una alegría inconmensurable. El es feliz y ellos también...con tan poco se puede ser feliz!...que tan equivocados estamos!...en tiempos de consumismo y tecnologías absurda, noticias así nos susurran al oído que no todo esta perdido...
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