El túnel de acceso a la
entrada del párking Saavedra está inmerso en un profundo ‘lifting’. Desde
finales de septiembre del año pasado, Ramce pinta en este un gran mural que
reproduce un paisaje
FOTO: Alba Mariné
Núria Riu | 04/09/2011
21:02
«Quiero cambiar la idea que se tiene de estos lugares,
que cuando entras parece que estés en una película de terror», asegura Ramce. Y
realmente lo está consiguiendo. Este pintor cubano se ha pasado los últimos
doce meses encerrado en el túnel de acceso al párking Saavedra. Aún le queda un
mes de trabajo, pero el cambio ha sido radical.
Un paisaje boscoso llena de color un espacio que ahora
transmite serenidad. En éste pueden apreciarse águilas volando, una cascada o
duendes que habitan en las copas de los árboles. El elevado nivel de concreción
de los dibujos reproducidos hace que en cada instante se aprecie un nuevo
detalle.
Se encontró con una entrada vieja y oscura, propia de
una instalación de estas características, y que no había sufrido grandes
transformaciones desde la inauguración del párking, hace 25 años. Según
palabras del mismo artista, era un sitio ‘infame’. La concepción del proyecto
le llevó prácticamente todo el agosto del año pasado, y el día 27 de aquel
mismo mes ya entró a trabajar con las brochas y los pinceles.
«Cogí de referencia el metro de Estocolmo. Allí casi
en todas las estaciones se cuidan de que los usuarios se sientan a gusto,
y en un espacio más agradable», explica el artista. Con este propósito se
enfrentó a un lienzo en forma de tubo. Una de las paredes tiene 71 metros de
largo, la otra, 68. Ambas con una altura de entre 2,20 a 2,30 metros. Hasta el
momento, este proyecto es el reto más grande al cual ha tenido que enfrentarse
el artista cubano. Sin embargo, manifiesta que «no he sentido miedo de la
pared».
Desde un primer momento estuvo seguro de que
reproduciría un paisaje. «Soy paisajista nato y creo que éste nos viene muy
bien con el contexto actual, cuando se están talando bosques y sufrimos las
consecuencias de los terremotos y huracanes. Esto son la factura que nos está
pasando el planeta», apunta el cubano.
A lo largo de estos meses ha ido ‘completando’ el
diseño inicial con ideas que le han surgido. Y, ahora, cuando sólo le
faltan algunos metros, dice que «me siento con muchas ideas y se me está
acabando la pared».
Asegura que la principal dificultad que ha encontrado
durante este largo periplo es la ‘incomprensión’ que ha sentido en determinados
momentos. Y es que durante algunas semanas estuvo pintando con el tráfico de
vehículos que entraban y salían del párking, desde la Avinguda Catalunya. Al
final la entrada se cerró. «Trabajar en estas condiciones te permite
estar concentrado, aunque el ritmo que llevo es de diez, doce o catorce horas
cada día», dice. Es optimista y añade «el resultado final va a valer la pena».
La música le acompaña durante estas largas horas, y,
aunque ésta mejora mucho el ambiente de trabajo, asegura que «no dejas de tener
la sensación de estar encerrado».
El mural es la primera parte de un ‘lifting’ más
intenso. En la siguiente etapa se pintará el suelo «de un verde oscuro y con la
señalización acorde». Y, finalmente, la luz, que también se adaptará al diseño.
Cuando los últimos retoques estén listos «habrá que estudiar qué puede hacerse
para sacarle provecho», dice Ramce. Considera que «sería ideal que la gente
pueda verlo y caminar», e incluso va más allá: «La acústica es buena y podría
llegar a hacerse pequeños conciertos en el interior». La propuesta ya está
lanzada.
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