Por MIA PEMAN para MACONDO
83 espacios en la vida
8cho cientos encantos
para seguir mirando la vida,
sin que nos vigilen
cuando esos encuentros
se hicieron nuestros… enseguida.
3rescientas letras para recordarte
que hoy es un día especial,
por bien poco que lo puedas creer
hoy diecisiete de enero, es.. tú día memorable,
y ya no puedes seguir insistiendo
que la vida, sin quererlo ha cambiado
por no pensar, no podremos volver a desunir
esas fuerzas que el destino nos regaló un día.
Eras joven y bella en aquel invierno
aún cuando tuviste la genial idea,
ya ves… todavía en mis pensamientos
sigues estando y sin embargo ahí estarás…
por los tiempos indefinidos,
al final de los años has conseguido
los objetivos que un día nos unieron.
Sencillas las estancias
quisieron reflejarse
como si fuesen soles de verano,
los panecillos con sus flores moradas
encontrabas para que los probásemos,
al igual que las graciosos espigas
bailando a la grácil y suave brisa,
mientras pelábamos su interior frágil
y al poco rato, en chicle agradable se convertía
caminábamos entre los zarzales
que el viento azotaba con gracia y desparpajo.
Pintabas sin casi levantar la mano,
ayudabas en las tareas del cole
que MariaElena nos daba,
en aquella casa de madera toda
incluso, ya desde la entrada
tenías ese ambiente de oscuridad,
sintiendo los silencios cabizbajos
que no cesaban en toda la mañana.
Acariciabas hasta las mañanas
refilándose entre los latidos
que el sol iba dejando entre sus rendijas,
y al botiquín llegaban algunos heridos
con sus rasguños sangrantes,
que les dabas ese cariño incondicional
mientras curabas con delicadeza
y les limpiabas con el agua oxigenada,
para luego darles el toque rojizo final
esa micromina que te señalaba más de la cuenta
pero, qué era el bálsamo con condición exacta.
Chelina y Chebeto, juntos están, acompañando a tú Ciri
ahora sabrán… que las cosas distintas son,
no mirando a nuestro alrededor
por no encontrar los desencuentros,
seremos capaces de muchas cosas
sin saber lo que son esos desengaños,
centros de lentitudes no moderados
buscando han estado sin saberlo muy bien,
las agrestes caras ahí siempre han estado
sus valores no han escuchado para nada,
y de la nada han ido pasando… hallando
la licencia de la verdadera apariencia.
Individualismos en todos los sentidos,
supieron prefijarse un modo de vida
solo mirando sus propios naipes,
escucharon una verdad fácil
al mismo tiempo que encontraron semblantes
enrevesados, de huellas imposibles de vencer
sin mirarse un poco los olvidos presentes.
Ocasiones únicas e inevitables,
supieron alzarse a la contraria
salpicándonos las vidas coloquiales,
musitando esas palabras mudas
como si fuesen leyes de los absurdos
marchándose entre las líneas,
acumuláronse tantos impedimentos…
¡cuán fáciles hubieran sido
queriendo dar una simple facilidad…!,
les sobraban intenciones y pusieron obstáculos
allá donde nadie les pidió opinión
colocaron luces grises y marrones.
Sensatez al máximo
rodando te marchabas,
no te detenía nadie
aprendiste antes y sin quererlo
te desplazaron sin compasión alguna,
qué malos son a veces las lenguas inexactas
tumbando por los suelos quereres
y los miramientos ni para ellos,
después de los años… sí sabía querer apreciar
lo que nunca se despertó en su ansia joven,
todo era poco y la nada era demasiado
parecía esconderse sin pedir permiso,
ahora se agolpa entre lazos azules
quebrantados por la decisión del mandamiento.
Entre semblanzas caminas
bajo las cinchas del olvido,
¡ay… si tuvieras tú “lucero”
marcharías de seguida a ese encuentro,
que aquél dieciséis de julio se te llevó
aquella persona que más querías…!
No estabas sola,
ahí siempre tenías una ayuda
incluyendo las cosas del día a día,
no había nada que os separase
para todo estabais unidos,
en el consultorio y en la casa y en la vida
las labores eran conjuntas,
no había nunca una discusión
todo era normal en la vida diaria,
así la he conocido y no de otra manera
las cosas más sencillas y las más felices,
las mejores excursiones yendo a través del campo
sin complejos ni condiciones,
todo era mucho más fácil
más ameno y con menos riesgos,
las diferencias de aquellos tiempos
nunca existieron y sabíamos convivir sin apuros.
Lejos está toda aquella maravillosa vida,
ni los recuerdos saben volverse para mirarlos de frente
que si se atreven a remirarse, podrían olvidarse que fueron
ese algo primordial en la esencia diferencial,
de unas vidas que cariños tenían en su vida cotidiana
más los delicados hilos de fineza exterior,
presenciaron separaciones que ya ni los momentos
quieren volverse a ver en aquellos espejos,
por miedo quizás de saberse limpios y sentimentales.
Ay… cuántos momentos ya vividos y ya casi olvidados,
ni los perfiladores profesionales serían capaces
ojeando las esencias ni los aromas de aquél anís verde,
cuando con la azadilla lo separábamos de su habitáculo
unido a su raíz desperdigada por ese campo frío,
de miradas extrañadas y forzados razonamientos
pero ya no distinguías nada más,
al probar ese gustillo respingón
traspasaba tus sentidos y sin quererlo,
seguías probando sus ramitas verdes
y esa formación ni redonda ni rectangular,
era su fruto interior blanco rayado
como una cebolla que ni llorar te hacía,
rara su pasimonia al comer su rico contenido
entretejida en su formación inexacta,
viendo su exterior desaliñado
te las ingeniabas a las mil maravillas,
partiendo sus finas y familiares ramitas
con aquél cuidado de esas manos fuertes
suaves y sedosas, terciopelos que sabías tener
ahora sin embargo, duélente y dáñante
tanto… que sientes hasta en las noches
ese roce que nadie sabe apreciar,
ni las batas blancas comprenden
por no haber sentido antes lo que tú pasaste
aquélla madrugada del cuatro de septiembre de un dos mil tres.
Vestidos hacías a tus niñas,
también conseguiste con esa llaneza simple
confeccionar prendas que no eran usuales,
solo modistos profesionales sabían hacer
sin saber, que tenían una oponente inteligente
pues, aprendiste muy bien a…
hacerte tus patrones y coser con primor
aquello que ellos solo podían en sus talleres.
Imposibles fueron los destinos casuales,
salieron de lugares indómitos
previniendo agotados bálsamos,
Día de hoy martes diecisiete… de amor y realidad,
donde la “felicidad” está emocionada
sin salir siquiera de casa,
encuentros en la tercera fase
amb la mare al Llevant de la Rabassada,
fundiéndose el cariño entre lágrimas
mientras al otro lado del hilo telefónico
surgen las palabras que escondidas estaban.
Ausencias que lastiman
y ahora se quieren dar cuenta…
qué aquel tiempo pasado
también delante suyo lo tienen,
más las apariencias engañan
mientras se percibe un resquemor
guardado en paño y oro con celofán rasgado,
son las muescas del olvido enganchados
reservándose sus mejores pinceladas
no necesitando saber pintar,
ni ver las realidades alteradas
nunca se mojó siempre estaba hecho de cemento,
construyó ideas sin conocer las verdades
miraba tan solo un ombligo particular,
jamás supo ver aquella realidad vivida
porque la negó en todo momento
salvándose las espaldas y así no contestar,
palabras pronunciadas con caracha y desprecio
vivió su miseria al borde del desengaño,
así ahora parece estar despertando a medias
como quién no piensa las cosas,
atrévese a prejuzgar sin haber vivido la realidad
que tantas veces quitó de su camino aguijado
entrelistados y venias avispadas,
todavía se proclama con indiferencias
cuando le asaltan simplemente las escuelas ajenas,
sabe muy bien que día es hoy
ese día tan especialmente singular,
que la vida nos ha llevado en su interior
más las ignorancias siguen vivas
negándose a proclamar qué el día de San Antón
es el día de tú cumpleaños… mamá palentina y catalana de adopción.
Palencia, sábado 14 y martes 17 de enero 2012.
Acróstico nº. 2/2012
© Mía Pemán
¡¡Muy Feliz “83 CUMPLEAÑOS”!! En ese Centro Socio Sanitario de Llevant a la Rabassada en Tarragona.
Dedicat a la meva mare Antonia Millán Calvo, resident en aquest Centre de Santa Tecla, desde el 02 de gener de aquest any 2012.
Dedicado a mi madre Antonia Millán Calvo, residente en este Centro de Santa Tecla, desde el 02 de enero de este año 2012.
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