@Luis María Lettieri
bebo sorbos de malbec
mirando el raro azul del cielo,
su matiz de higo y de mora,
su nota de guinda
abierta de boca al sol
premedito pausas
y
te pienso
te desnudo
y te trago el fuego
de tus labios
brillando en la oscuridad
la luna pasea sus perlas
por la copa de los pecanes
un aire de sándalos flota
entre las cortinas de voile
entibio la copa
con mis manos huecas,
me recuerdan a tus hombros
las curvas de las tulipas
brillas en mi memoria
con tus formas de voluta,
en el sabor a pasa de uva
y ruibarbo del vino
el aire de la galería
es profundo, narcótico
mezcla de orquídeas viejas
y flores de funeral
la noche ha ganado la batalla
y esgrime su bandera
de sombras contra el ventanal
hay un silencio de mineral herido,
el recuerdo se vuelve hoy
una inyección letal
el verano ha parido
cigarras y grillos de metal,
para irrumpir el silencio
aletargado del sopor de la noche
en un verano
de infiernos desatados
añoro el refugio de tu boca
la tibia suavidad de sus puertas
tus manos atrevidas
a la hora en punto
cicatrizando mi piel
sauco,
ciruela dormida
roble, tabaco
cuero, azafrán
bebo más malbec
y me nace la sed
profunda del rocio de tu piel
ahí, donde esboza su lujuria
el lóbulo de tu oreja
y un bucle amarillo enarbola
la síntesis de tu suavidad
luego me arrojaré
al abismo helado de la cama
para que sus alturas y picos
me deshagan y destrocen
pienso en la palabra chocolate
y en mis labios
se derrite algo como un beso
abro los ojos
pero no estás
sólo hay una copa desnuda
con un nombre de mujer en su tallo
riéndose de mi soledad
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