Saladillo Un gran río te ciñe de rojizas barrancas, por donde grandes buques hallan tus puertas francas. Pero si aquél es sobrio, grave fiero, orgulloso otro pequeño y fino te sirve de reposo. Y, como si quisieran que añoren tu frescura, Se encapricha y se seca, si le la locura. Así pequeño y todo se da el lujo de darte bosquecillos de sauce, esto es para alegrarte. En festivas mañanas, bellos adolescentes vuelan sobre canoas livianas, imprudentes. Y sus camisas blancas contrastan con el verde césped de las orillas que en el agua se pierde. Bajo el golpe del remo, corta el agua la quilla y tiemblan las canoas suspensas en la orilla. Empleados, estudiantes de pesada semana remando alegremente se pasan la mañana. Pintorescos, repletos, va llegando el tranvía donde vienen familias a pasar el día. Bajo los verdes sauces tienden blancos manteles y sacan de sus cestas botellas y papeles. Toman mate, se acuestan para dormir la siesta, Que duermen si el vecino pic-nic no los molesta. ¡Algazara de obreros, empleados, costureras juveniles, alegres, bulliciosas, parleras! Cuando la noche llega los tranvías no alcanzan para tantos, y a saltos, a su encuentro se lanzan. Tímidas, las mujeres, se quedan rezagadas y esperando su turno conversan agrupadas. Requiebro maliciosos les suelta el muchachote que va en la plataforma, y ellas les ponen mote. Lloran los chiquilines somnolientos, cansados, y los padres los cargan contentos, resignados. Y la masa flotante, planchada, dominguera, no se encuentra que el lunes de trabajo la espera. Alfonsina Storni Rosario - Año 1917 |
FUENTE : http://barriosaladillo.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario