Por ERNESTO LASERNA para MACONDO
La mesa de siempre, con la tasa
de café que recibe contenta el cubito de azúcar, mesa 22 del café del Los
Angelitos, servilletas, una pluma y los anteojos errantes, las voces de los sábados
y de fondo desde el ALMA, la maravilla de Homero…..
De pronto estaba sólo en medio de
la nada, como un espectador de algo que me habían confiado, veía al Cóndor
caminar por la ruta esquivando al sol con su rostro mojado de sudor su mirada
sin tiempo y como sabiendo de que iba directo al calabozo…..allá a las tantas
un uniforme se lo lleva y lo encierra en una celda……yo seguía ahí mirando la
escena de un hombre que sabia que su mente no la podían encerrar y con ella era
mas libre que cualquiera….
“Vives inútilmente triste y sé que nunca mereciste pagar con pena la
culpa de ser buena, tan buena como fuiste por amor”…a lo mejor Homero había
conocido a la Paloma , ella era
encalabozada por vaya a saber que ….así conoció al Cóndor, que entre mates y
susurros pasaban sus horas sin libertad y viajando por quien sabe que
historias, me la imagino a la
Paloma mirando por el ventiluz de la celda como quien mira a
través de una cámara de foto para cazar el alma de la gente ……
Estaba lejos de mi imaginación,
lejos de los angelitos …..veía a ese hombre y a esa mujer niña compartiendo
esas soledades y me quede pensando en el ventiluz…..”fue lo que empezó una vez lo que después dejó de ser. Lo que al
final por culpa de un error fue noche amarga del corazón”…. ¿Habrá sabido
Homero que el Cóndor se entrego por la Paloma ?
Y que nunca mas se supo de él,
paso a ser uno de los treinta mil sin memoria, sin justicia ni verdad……La Paloma se quedo sola, la
vida le dio dos soles y una triste historia y será por el ventiluz que hoy anda
por ahí en esas soledades haciendo de fotógrafa capturando las almas como si
siguiera en esa celda de aquel que perdono.
¿Y que será del Cóndor?......andará
por Nehuenken mirando desde lo alto a la Paloma entre las marchas de los desposeídos….ó tal
vez se olvido de volver…vaya nunca lo sabré….lo
que si sé, es que me contaron una historia triste y en esta mesa de Rincón y Rivadavia
en estas servilletas con angelitos, mi pluma me llevo en el tiempo para llevarle
la magia del recuerdo a mi amiga la
Paloma …”Alma, si tanto
te han herido, ¿por qué te niegas al olvido?”……y ¿si Homero conocía la
historia? ….la dejo en ese viejo vals para que yo hoy lo escuchara.
Se quedo la taza casi vacía con
marcas de café, la pluma se cerró y abrí esa puerta para perderme si saber
adonde ir por el viejo congreso.
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