PROVOCACIÓN

Por JUANO RAVE 

Amado, esta tierra no me escucha
Los pasos son miopes y acartonados
El rio tan gris no se contagia de mis lágrimas en la muestra de tu rostro
Los días son alicientes de somnolencia
Las noches girasoles muertos
El alcohol solo derrama mi sangre
Los cigarrillos esterilizan mi tembleque pluma
La poesía es un invento
Una autobiografía de deseo
Un pájaro rojo posado en silencio
Un sonido de pesadumbre sobre mis dedos.

Calcinados los momentos
Cierro los ojos y aparecen nuestras noches
En acuarela viva rememoro tus sonidos a la par de mí exiliada hombría

La lluvia es parca, no se sienten llevaderos los pasos
He depuesto sentir vida trepando mis pies, vida amarrándose a mi cintura, vida floreciendo en mi costado árido sin tu saliva.

Conservo en mis papeles las frustraciones
Lo de antes no podía ser el pasado
Lo de antes es significancia de muerte
¡Fallecer en tu cama arropado por tu río!
¡Surgir en tus piernas albergado por tu orgullo!

Lo inconcluso del tiempo
Perdura en una eufonía.

Te digo: la decadencia es mi triunfo ahora
Una necesidad de sobrevivencia
El rumbo que voy pisando se eleva sobre esta urbe
Y me ordena volver
Dejar atrás el sonido de los que me encierran
Protegerte a ti
De las visiones de miedo
Por el inmarcesible grito que apabulla

Acá, los barcos no son del cielo
Acá, el aire manipula mis sombras y las hace serpentear
Acá, hablan más voces
En lo sublime me piden
Que regrese

O que caiga
Hay un lazo, un nudo y una silla azul.