Cariños
Lydia Raquel Pistagnesi,
Recorro la sala
acariciando sillas vacías.
Ellas despiertan en mi
sentimientos dormidos.
Alzo mi copa,
cristal anochecido
de nostalgia.
Un chaparrón tibio
humedece distancias.
El viejo reloj
palpita sus doce campanadas.
¡Feliz Navidad!...........
sonríen mis ausencias
tras la barrera intangible
del misterio………………
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