Por JUANO RAVE
Te escribo yo sobre mi cabeza bailando:
Aire gris que te me vas yendo
Bebiendo de agua amarga
Y comiendo de los tréboles secos
Un día perdido entrando en vos
Angustias devenidas por lo imaginable
Entre ojos apagados busco salir
Encontrar cartas de olvido
Escribir respiros que me rompan
Eludir los escribientes de mis huesos
Trazando otra historia
Mapas de lumbreritas desechas
Tomando diferentes cerros
Manantiales de agua que nos traicionan
Grito hacía los cielos
Se unen las otras voces amargas
El viento voltea el silbido y lo convierte en ceniza
Curtido este ruido
No se contagian los que me hablan de cercanía
No se percatan
Omiten
Ignoran
Como jugando con lo agreste.
Me vuelvo noche
Es inútil despertar
Alud de oscuridad pesa en mi rostro
¿Podría yo tocarte?
¿Con manos insanas?
¿Con dedos de barro?
¿Con alma extasiada por sombra?
Me vas atrayendo
Entre arbustos me escogéis
Un algarrobo negro me asusta
Ahí debajo estoy sentado
Guarecido de esta vida pintoreteada
¡Cómo si mirando algunas hojas secas se marchitara también este cuerpo!
¡Cómo si las hojas lentas cayendo fueran la fogata de lo eterno!
Soy un cobarde
Diez lazos de tonos parcos, tres sillas talladas, diez cuchillos, barbitúricos bailando y ni así renuncio
Tanto panorama lucido que arquea el abismo
Personas enteras entrecortan mi ebriedad
Sevicia entera en los que me reclaman
Liquidez pestilente de los sentimientos de presunta verdad
¡Y ni así amor mío puedo abrazarme a tu lecho!
Me respondes vos, de pierna cruzada, sentado, tarareando desde mi taburete de infancia:
Sin lágrimas que manchen esta tierra
Tengo besos azules para tu mitin
Toma este cuerpo
Construye el resguardo
Vos y yo contagiados
Negando el otro existir
Dime dormido
Que me ponga en vos
Que encajemos deseo
Que olvidemos la insinuación binaria
Que las marcas sean por mugidos nocturnos
Que el terminar sea en desmayo
Que la inanición sean mis besos
Que los arboles se desnuden
Que la casa sea nuestra cama
Vos, toma esto de mis manos
No es intención de vida
Ni salvamento de tus dolencias enterradas
Ni paraíso de colores Solo soy yo para el resto de tus despertares.
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