Corazón polvoriento de tiempo
humedad horadando pupilas.
Fantasmas, susurrando en mi oído
palabras que lloran naufragios perdidos,
de tiempos felices en costas cautivas.
Tus ojos,
azul de celages brillantes,
que en mi se quedaron gravados a fuego.
No ha podido el tiempo borrarlos
y siguen latentes en mí, prisioneros.
Eres el fantasma que acuna en invierno
mis noches de angustia y de soledad.
Muchas veces siento tu presencia,
y aquella ternura que sin darte cuenta
dejaste en la tarde, cuando decidimos................
¡¡¡No encontrarnos mas!!!
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