sábado, abril 28, 2012

EL NIÑO DE LAS ESTRELLAS


Autor Jose Luis Lucas Nuño 

Amaba tanto a las estrellas que cuando caía la noche. Sus ojos no dejaban de mirarlas.
Su luz le fascinaba y solo el cansancio era capaz de apartarle de sus queridas estrellas.
Su Madre, no entendía de donde venía ese amor tan especial. Ninguno de sus familiares tenía esa fascinación. Era algo natural en el.
Su papa le había tenido que construir una ventana que mirase al cielo desde su cama, para poderlo acostar cuando llegaba la noche.
Así su habitación se llenaba con la luz de las estrellas y ellas velaban su dulce sueño.
Una de esas noches... en las que estaba entusiasmado mirando a sus estrellas. Vio como una atravesó todo el cielo, dejando una larga cola de fuego detrás.
Se levanto de la cama y observo como caía cerca de su casa.
Decidió descolgarse por el balcón. Para correr a buscarla.
Tras un rato... vio un agujero enorme en el suelo. Y en el medio del crater.... se hallaba una piedrecita.
La envolvió con cuidado... en un papel que llevaba en el bolsillo y se la guardo.
Por la mañana tendría algo muy especial que enseñar a sus amigos del cole. Seguro que les encantaría cogerla.
Pero cuando a la mañana siguiente mostró su tesoro y sus amigos intentaron cogerla. Se encontraron con que en sus manos se volvía muy pesada.
Es mágica - gritaron todos - y la admiración por el niño de las estrellas creció en el colegio. Tanto como las ganas de coger la piedra caida del cielo. Pero ninguno conseguia tenerla mucho tiempo en sus manos.
Al devolverla, el dueño la cogía con toda facilidad en las suyas.
Pero esto a la larga... provocó la envidia de sus compañeros. Y su regalo especial, se convirtió en su maldición.
Como no podían con la piedra. Lanzaron toda su rabia contra el niño y contra todos aquellos que se acercaban a el.
Y así con el tiempo... se quedo solo con su piedra.
Pero el... lejos de odiarla, y de librarse de ella. La convirtió en el centro de su vida. En su mayor tesoro. Y nadie podía apartarle de ella.
Cuando la sostenía en sus manos, sus ojos brillaban y desprendía felicidad por donde iba. Siendo una luz y una ayuda para los demás.
Una estrella viva... en la tierra.
Y así.... ayudando y haciendo felices a los demás. Y siendo un pilar en su comunidad. Conoció a su gran amor. A una mujer a la que le brillaban los ojos como las estrellas. Y la convirtió en su estrella.... en su piedrecita del cielo.
Y cuando con el tiempo nació una niña, tan hermosa como su madre. Decidió llamarla Estrella y puso todo su amor en ella. Engarzo su piedra en un hermoso collar y lo puso en el hermoso cuello de su hija.
Y día a día... le transmitió su profundo amor por las estrellas.
Ellas le habían regalado lo más hermoso de su vida.


Autor Jose Luis Lucas Nuño

1 comentario:

  1. hermoso relato , lleno de la magia , del poder del deseo de los niños y con espíritu sanador y solidario , un bello cuento. te felicito

    Marisa Aragón Willner

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