Caminando por la vida…
qué difícil situación,
sí trabas encuentras
a lo largo del camino,
y siempre el mazazo
justo en el medio.
Restos qué quedarán
sin olvidarse su contorno,
no por más que trascienda
su olvido acabará por llegar.
Arranques de osadía
cuánto menos te lo esperas,
después del tiempo
el perdón sentirá
sin tibia razón
exigiendo algo
que muerto puede acabar.
Pensando en el presente,
las envidias descolgadas
viajan despacio
y en solitaria tristeza.
Juzgados de guardia
sin denunciar… acuden,
más la ocasión sí la pintarán
bastante más calva
de lo normal y usual.
Ahora el enfurruñamiento
se ha quedado en su sitio,
no podrá despegarse
sin antes dañar
lo que el viento norteño
se ha de quedar.
Nada más que las llamadas
aférranse a quedarse
mudas y alicatadas,
el tiempo correrá deprisa
pero, su atrasada hazaña…
sin razonamiento se queda.
Ni siquiera una mínima llamada…
qué te diga… alguna cosa,
cuánto menos una frase…
que la existencia recrimina,
porque, no más qué lo juzga
cada paso que das,
golpazo de campeonato
por si fuese poca cosa
castigazo desmesurado.
Una gran bronca sin sentido…
desprende de cuajo… los cimientos,
y no por qué fue la ocasión
qué perfecto la pareció,
no… las intenciones
corrieron bien acompañadas
encima del engranaje.
Duro el trasiego…
más las apariencias
a veces engañan más qué confortan,
todo es malo
si se toma en demasía.
En el Estrella, desde Tarragona a Palencia
©Mía Pemán
¡Muchas Gracias... Pedro!
ResponderEliminarUn beso grande,
Pili