Los Epigramas venecianos de J. W. Goethe (1749-1832) traducidos por José María Pérez Gay, que en 1996 recibió del gobierno alemán la Medalla Goethe.
Los Epigramas —escribe Pérez Gay— son la primera obra anticristiana del poeta; no hay uno solo de sus escritos posteriores que pueda compararse con la severidad de esta primera crítica. El cristianismo se presenta como una serie de ilusiones, un “estoicismo moral” o un “deísmo”.
1
El pagano adornó con la vida sarcófagos y urnas: los faunos bailan alrededor; forman un grupo estridente con el coro de bacantes; al soplar el cuerno sonoro, el de la pata de cabra emite un sonido tosco. Címbalos, tambores suenan; vemos y oímos el mármol. ¡Un revuelo de pájaros, qué bien le sabe al pico la fruta! No los espanta ruido alguno, mucho menos espanta a Amor, que disfruta de la antorcha entre la variada multitud. Así somete la exuberancia a la muerte; y las cenizas de dentro parecen, en la región silenciosa, disfrutar todavía de la vida. Así, este libro que colmó de vida en abundancia envuelve el sarcófago del poeta.
2
Apenas vi en el cielo azul el sol ardiente,
de la peña caían ricas guirnaldas en la hiedra,
vi al viñador tenaz que ataba la cepa al álamo,
y me rozó un suave viento que venía
de la cuna de Virgilio,
las musas se reunieron con su amigo,
mantuvimos una conversación deshilvanada,
como le gusta al caminante.
FUENTE: http://www.poeticas.com.ar
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