martes, julio 24, 2012

EL ABURRIMIENTO DE ELVIRA

Luis Palacios
@ LUIS PALACIOS
 

Elvira, la confusa predilección de todo ser humano que se le acerque, bueno, de todo aquel que quede minimamente estable luego de observar tamañazas verdades con asombro estoico. Era un sueño ver sus dedos largos y flacos adornar historias aburridas, que ni siquiera eran de ella sino de amigas más aburridas que ella. Elvira sabia que en este lugar muchas horas tendrían destino perdido y para perder tiempo hay en este lugar, casi una vida si se quiere; ella tenia una manera de sobrevolar el tedio con una parsimonia asombrosa. Te ayudaba a ubicarte en el vacío mental, te acercaba con empujoncitos sonrisosos y te dejaba como si tu cabeza estuviera llena de cuencos tibetanos. A veces ejecutaba un puchero y la melancolía se extendía por la habitación como el humo del sahumerio. Jamás te abrazaba, supongo que para ella los abrazos eran signos de vulnerabilidad, y si sucedía alguna alineación cósmica y te daba uno, te aseguro que le pertenecías. Una vez me abrazo y cada palabra suya se me torno de una importancia imposible; cada cosa idea o emoción no tenían un valor completo si sus besos, gestos de asentimiento no le otorgaban la entidad necesaria. La empoderaban sus gracias como ademanes de protección maternal. Viva como vivía y hacia danzar personajes a su alrededor, ellos conocían el terror al arribo de sus miradas de desapego. No se molestaba en abstraerse de de nada, su maquinal inocencia hacia fulgurar su impunidad.

Elvira, la joven Elvira, pasaba horas interminables con un grupejo de niñas fresas, mucha florcita y algodón, mucha ojota y veranos de calor y aparente redención. Sus cuerpos florecidos por el sol, entumecidos por los restos nocturnos del desquicio de hace dos días. Sabían macramé que tiernas, adoraban la cerveza, enjuagaban la saliva y largaban historias de comer gomitas después de coger. Bajaban de la resaca, se habilitaban diciéndose lo hermosas que estaban y tenían razón. Articulaban la estrategia de la que iban a renegar al mediodía del siguiente día, justo después de que mama las despertara para ir a la mesa dominical. Fumaban uno tras otro…hablaban de amarguras del mate…cogian menos de lo que lloraban. Me distraje un segundo y ya no pude seguirlas, me fui cuando me di cuenta que empezaba a poner mis palabras en las bocas de otros. Termine sentado en la plaza de los juegos a ver si el sol me emancipaba un poco del vértigo de no pensar en nada importante, como aquel domingo en que me olvidar de los colores en los papelitos cortados, miles de papelitos pequeños, minúsculos, en cada uno de ellos y con un color diferente decía: gracias. Así jugaba a descubrir lo que la hacia feliz, saludaba al sol, al fresco de dentro y fuera, dejaba que aquel que sepa volar la peine como quiera, “es tan hermoso sentir, sentir simple, sentir simple necesito” decía. Yo no podía tomarla como un bien de uso espiritual , no podía con alguien así, con alguien que abría la ventana cada vez que lloraba una mujer y de sus oídos llovían grillos del paraíso. Ante tales maravillas me sentía mas testigo que artista, era la desnudez bajo la que yo admiraba sus gestos de identidad, y se nublaba cada vez que cantaba “me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo”, luego se emocionaba y decía que oír la lluvia era escuchar a Dios.

Una sola vez nos besamos y luego nos libramos del peso de las expectativas, solo acompañarnos era la cosa. El día del beso lloraba yo, estábamos en el parque sentados y le había terminado de contar la historia de la que se fue sin saludar (pedorra costumbre de la época). Ella me tomo la cara y me dijo: -la bruta perfección del presente, la fusión del dolor y lo inevitable, y en el medio de la tormenta, vos poeta, tiemblas. Uno no es hijo del dolor pero al sentirte sistemáticamente entre el poder de los extremos encontraras tu cauce. El de ser todo a pesar de…del lento ocaso de un sueño tan

vibrante y calcinante como este beso. Asinomas metió su labio inferior entre los míos hasta el no sentir.





1 comentario:

  1. exquisito!, un talentosisimo escritor santiagueño Luis, estamos esperando con ansias su libro "El Aburrimiento de Elvira"... muy pronto... saludos!

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