José Playo, 33 años, creador de la revista Peinate que viene gente y autor de los libros Peguelé hasta dejarlo morado, Peinate que viene gente (recopilación) y La Belleza del Escándalo.
Ya sé, no se puede,
tan difícil es relegar las
tragedias
con nuestra pequeña
ecografía.
Y sin embargo
fémures de tiza, latidos de tambor,
las tapas de los diarios
derrumbándose
en ríos sucios
de tinta.
Ya sé, no se puede, pero
falta poco para octubre
y las alegrías son necesarias, mínimas,
indispensables.
Tenemos que aferrarnos a ellas,
aprender a cazar los autos y
los saludos en las ventanillas,
los amigos,
los amaneceres,
nuestros pasos
a la par de la sombra tijereteando el camino
cuando reflexionamos
sobre tus primeros llantos,
y la voz tuya bautizando
tantos poemas / tontos poemas.
Aniversarios de tragedias,
ecos de sangre, venas expuestas,
la carne toda se nos revienta,
como gritos
de imposibilidad:
te dejamos una historia rota para que
juegues;
quien quiera que seas en noviembre
quiero sostenerte en brazos de éste lado
y mentirte al oído
con versos de juguete,
muñequitos de yeso
y caballitos de
madera,
tus manitos,
como las mías,
empujarán algún día
la misma
tierra.
Hay tanto para ver
que espero vengas con los párpados
dispuestos;
está toda esta pampa
que nos acaricia
las suelas
y hay montañas
y cielos
donde la luna trepa, se reduce y deja de sangrar;
hay lejanía,
nuestros muertos cantan en ella
llenos de tibieza.
Me gusta pensar que aunque todo
se haga ceniza
algún día descubrirás tu herencia
robada y a salvo
en los espejos
a los que hoy les cantamos
para que enmarquen
nuestras
sonrisas.
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