lunes, agosto 13, 2012

LA HISTORIA CONTADA POR DIEGO - ACADEMIA DE LETRAS




UN DIA COMO HOY EN 1931 
SE CREABA LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS,


La Academia Argentina de Letras es la Academia encargada del estudio y el asesoramiento del uso de la lengua española en la Argentina. Desde su establecimiento, el 13 de agosto de 1931, mantiene lazos con la Real Academia Española, con las demás Academias Hispanoamericanas, la Academia Norteamericana de la Lengua Española y la Fili
pina, y con la Asociación de Academias de la Lengua Española, con sede en Madrid; desde 1999 posee oficialmente el título de "corresponsal".
Está conformada actualmente por 24 académicos regulares, elegidos por haberse destacado en estudios relacionados con el idioma o la literatura, que conforman el organismo rector de la Academia, y eligen académicos honorarios y correspondientes.
El objeto de la Academia no se limita al registro de las peculiaridades de la lengua castellana, tal como se habla en la región rioplatense. Pretende además ejecutar acciones normativas respecto al uso de la misma, y estimular y contribuir a los estudios literarios, considerados un elemento crucial de la cultura nacional.
La Academia reglamenta además los premios literarios nacionales. Desde 1984 otorga un premio homónimo a los egresados universitarios de la carrera de letras que alcancen el máximo promedio en todas las universidades nacionales, así como el premio "Academia Argentina" a autores destacados de narrativa, poesía y ensayo.
Los antecedentes más remotos de la lexicografía en la zona del río de la Plata se remontan a un reducido pero riguroso Léxico rioplatense compilado en 1845 por Francisco Javier Muñiz (1845) y otro de 1860 elaborado por Juan María Gutiérrez para el francés Martín de Moussy.
El 9 de julio de 1873 un grupo de intelectuales argentinos, especialmente porteños, fundó en Buenos Aires la "Academia Argentina de Ciencias y Letras". Presidida por el poeta Martín Coronado, la Academia no tenía como tarea exclusiva el estudio de la lengua; se dedicaba, antes bien, a diversas ramas del saber, desde el derecho y la ciencia hasta la plástica, la literatura y la historia, en su implicación en la cultura nacional. Intentó, eso sí, la compilación de un Diccionario del Lenguaje Argentino, tarea para la cual se recogieron varios miles de vocablos y locuciones. Sin embargo, a la disolución de la "Academia" en 1879 el proyecto quedó inconcluso.
De este trabajo, que incluía estudios llevados a cabo por especialistas acerca de los "argots" profesionales e investigaciones sobre los localismos del interior del país, sólo se conserva una docena de vocablos publicados en el efímero órgano de la Academia, "El Plata Literario". El mismo periódico dio a conocer en 1876 una "Colección de voces americanas", obra de Carlos Manuel de Trelles, con unas 300 voces, que se había incorporado al proyecto.
En la década de 1880, bajo el programa de creación de "Academias corresponsales" gestado por la "Real Academia Española de la Lengua", se cursaron invitaciones a varios destacados intelectuales argentinos para conformarla, entre ellos Ángel Justiniano Carranza, Luis Domínguez, Vicente Fidel López, Bartolomé Mitre, Pastor Obligado, Carlos María Ocantos, Ernesto Quesada, Vicente Quesada y Carlos Guido Spano, otros, como Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez y Juan Antonio Argerich, dudaban de la conveniencia de acogerse al proyecto español, sospechando de un intento de "restauración cultural" de la península. Argerich argumentó que constituiría «una sucursal, vasalla del imperialismo español», y contrapropuso la creación de «una Academia argentina de la lengua castellana» que generase su propio diccionario. Obligado, por el contrario, argumentó públicamente a favor del establecimiento de una "academia correspondiente".
En 1903 Estanislao Zeballos, en el estudio preliminar que escribió para las "Notas al castellano en la Argentina" de Ricardo Monner Sans, propuso sin éxito a los entonces corresponsales de la RAE, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, Vicente G. Quesada, Carlos Guido Spano, Rafael Obligado, Calixto Oyuela, Ernesto Quesada y él mismo, conformar una "sección argentina de la Academia". Siete años más tarde, y mediante las gestiones del marqués de Gerona, Eugenio Sellés, llegado a la Argentina como parte de la comitiva que acompañó a la infanta Isabel María Francisca de Borbón a las festividades del "centenario de la nación", que estos mismos que la negaron en su momento fundarían la primera "Academia Argentina de la Lengua". De los dieciocho académicos de la que ésta constaría, Vicente Quesada y Calixto Oyuela fueron elegidos respectivamente presidente y secretario con carácter vitalicio.
El plan de actividades que Obligado pergeñó constaba no sólo de la tarea de corregir y ampliar el léxico local contenido en el diccionario de la "Academia española", sino también convenir con las restantes academias latinoamericanas la coordinación de un registro de las locuciones locales para la confección de un vocabulario hispanoamericano separado. Con ello buscaba evitar dudas acerca del "celo nacionalista y purista" de los peninsulares, que ya había ocasionado roces con otras "academias corresponsales". El diccionario de americanismos estaría abierto a su empleo por la RAE, pero constituiría en principio un emprendimiento separado.
Al programa, ampliado a instancias de Zeballos, se sumaron los nuevos miembros de la Academia, Samuel Lafone Quevedo, Osvaldo Magnasco, José Matienzo, José María Ramos Mejía y Enrique Rivarola. Sin embargo, la falta de apoyo político y los recelos mutuos con la RAE llevarían a la pronta disolución del organismo, que no alcanzó a publicar sus investigaciones.
Por último el 13 de agosto de 1931 el presidente de facto José Félix Uriburu decretó la creación de la "Academia Argentina de Letras". El cambio de nombre respondía a un énfasis adicional en la difusión y promoción de la literatura por encima del interés en el idioma. Con ello se buscaba definir y fortalecer la "fisonomía espiritual del país", empleando los recursos de la narración, la lírica y sobre todo el teatro para gestionar un modelo cultural. Se encargó a Oyuela la presidencia del cuerpo, compuesto además por Enrique Banchs, Joaquín Castellanos, Atilio Chiappori, Juan Carlos Dávalos, Leopoldo Díaz, Juan Pablo Echagüe, Alfredo Ferrerira, Gustavo Franceschi, Manuel Gálvez, Leopoldo Herrera, Carlos Ibarguren, Arturo Marasso, Gustavo Martínez Zuviría, Clemente Ricci y Juan Bautista Terán. "La Academia" gozó del cargo de asociada a la RAE. El apoyo del que había carecido su anterior encarnación no se escatimó; una sala de la vieja "Biblioteca Nacional" de la calle México se destinó a la reunión semanal del cuerpo, mientras el proyecto del entonces senador Matías Sánchez Sorondo de adquirir el "Palacio Errázuriz" para trasladar allí "la Academia", junto con la "Academia Nacional de Bellas Artes", el "Museo Nacional de Arte Decorativo" y la "Comisión Nacional de Cultura" se cursaba. En enero de 1937 se aprobó la adquisición del inmueble, aunque el traslado no se haría efectivo hasta 1944.
Los cambios institucionales desde su creación por Uriburu han sido escasos; desde 1935 cada sillón de los veinticuatro ostenta el nombre de un escritor clásico argentino. Desde 1940 el emblema de la "Academia" es una columna jónica, según el diseño del plástico Alfredo Guido, rematada con el lema "recta sustenta".
En 1999 la Academia pasó finalmente a ocupar el cargo de correspondiente de la RAE. En 2001 festejó su septuagésimo aniversario organizando una exposición en la "Biblioteca Nacional", que exhibió documentos e iconografía de su historia, aśi como parte del archivo documental.

GLORIA Y HONOR A LA ACADEMIA ARGENTINA DE LAS LETRAS...!!!

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